El nuevo edificio se sitúa al pie de la pendiente existente entre el nuevo patio de recreo y la calle. La ubicación del volumen compacto crea una zona de recreo segura y privada para la escuela al noreste, a la vez que proporciona un generoso frente de calle abierto al suroeste. La forma arquitectónica del nuevo edificio se inspira en el edificio principal de la escuela situado al este. Consta de dos estructuras de tejado inclinado que se adaptan a la topografía existente y se integran armoniosamente en el paisaje urbano gracias a su ligero desplazamiento entre sí. El tejado inclinado, orientado hacia el sur, proporciona además una protección solar eficaz para el pabellón de deportes, el salón de actos y la sala multiusos.
Un aspecto central del proyecto es el rediseño de los espacios exteriores para convertirlos en espacios atractivos y versátiles que fomenten la interacción social y el aprendizaje. La disposición cuidadosamente planificada de las zonas de juego y recreo entre los edificios crea un ambiente acogedor que anima a los niños a explorar. Se presta especial atención a la sostenibilidad mediante el uso de materiales duraderos y una vegetación biodiversa que no sólo proporciona sombra, sino que también tiene un impacto positivo en el microclima.
Otro aspecto importante es la creación de conexiones visuales y funcionales dentro del edificio. Elementos como arcadas, escaleras y pasillos no sólo se utilizan como vías de circulación, sino que también se diseñan como lugares de encuentro y socialización. La arcada, en particular, actúa como umbral entre el vestíbulo y la zona de recreo, y cumple una doble función como espacio de circulación y esparcimiento.
En la construcción del edificio se sigue una estrategia holística de sostenibilidad. Ésta incluye el uso de materiales de construcción ecológicos, como la madera y el hormigón reciclado, para reducir la huella de carbono y promover métodos de construcción respetuosos con la salud y el medio ambiente. El uso de materiales regenerativos como la madera, el cáñamo y la arcilla ayuda a reducir las emisiones de CO2 durante la construcción, al tiempo que garantiza un clima interior saludable, lo que apoya la aplicación de una estrategia low-tech. El edificio se ha proyectado con el menor equipamiento técnico posible. Medidas de eficiencia energética como la refrigeración nocturna y la integración de paneles fotovoltaicos pretenden minimizar el consumo de energía y hacer funcionar el edificio de forma sostenible. En conjunto, el proyecto no sólo contribuye a mejorar la infraestructura de la escuela, sino que también constituye un importante ejemplo de desarrollo de áreas escolares sostenibles y orientadas al futuro.
